La quiero, no la quiero, la quiero, no la quiero…
[Nota: La idea para esta… cosa se me ocurrió leyendo el libro ‘Mi planeta de chocolate’, de Manuel Cortés Blanco, concretamente este párrafo: «En el guateque de un sábado por la noche, bajo los acordes de un tal Joan Manuel Serrat, conoceré a alguna rubia que acelere mi pulso. La capacidad de latir juntos se llama amor. A su lado aprenderé que sólo duelen los besos de mentira, que lo eterno dura demasiado poco, que nunca se pierde lo que no has tenido… y que a veces, tantas veces, a la margarita le hacenos preguntas equivocadas»].
[Nota 2: Y ahora descubro otras margaritas, las que plantó Su hace tiempo: http://aprendizdepalabras.blogspot.com/2010/06/margaritas.html].
Pingback: Tweets that mention Margarita | En mal estado -- Topsy.com
Final feliz, final no feliz, final feliz, final no feliz…
Un juego sin un final claro. Total: siempre hay otra margarita más con la que seguir el juego si el último pétalo de la anterior no correspondió con el final deseado.
Un abrazo, amigo Pablo.
A mi me dan pena las margaritas!
Buena pregunta Pablo
Un abrazo
Es que las margaritas son nuestro futuro, Pablo!
Basta ya de tomar decisiones teniendo una margarita a mano!
Te abrazo, …no te abrazo, … te abrazo!
Eso es, Ángel. Siempre puedes alterar el juego de la margarita y adaptar el resultado a lo que tú quieras. Como normalmente lo haces solo…
Pobres margaritas, Ana. Tenía que haber puesto una nota así a píe de página: «No se ha maltratado a ninguna margarita para escribir este micro».
Saludos, Su. Da recuerdos a tu margaritas.
Me gusta la idea, y me apunto el libro, que el párrafo me ha encantado.
Te saludo, no te saludo, te saludo….. saludillos