Exposición fotos-micros

Montada ya la exposición, pongo aquí las fotos de Gustavo Serrano que se muestran, durante enero y febrero, en el bar Hedoné, en Ávila. Cada imagen va acompañada de un microrrelato que han tenido la bondad de realizar las siguientes personas: Belén Lorenzo, Rubén Negro, Ángeles Sánchez Portero, Ana Vidal, Puck, Julio Genissel, María Rosón Varas, Elisa y un servidor

Gracias a todos. Añado un vídeo para que veáis como ha quedado la exposición.

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Juntos
Él le tenía miedo al mar, a las alturas y a la monotonía. A mí me daba pánico el compromiso, las arañas y quedarme encerrada en un ascensor. El día que me dijo que cualquier cosa le parecía posible a mi lado, fuimos a la playa por primera vez. Allí, mientras lo fotografiaba tan cerca de las olas, me atreví a gritarle con todas mis fuerzas «sí quiero».
 
Belén Lorenzo – relatosparaleerdepie.blogspot.com

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Balompédrica
Multitud de curiosos se habían agolpado para asistir a un partido que se presumía rocoso. El equipo visitante se presentaba bien alineado y dispuesto a arrojar luz sobre el terreno. Los locales habían encharcado el lugar y montaron sus más altas torres para defender la plaza. Al fondo y de rojo, el colegiado de la contienda buscaba su reflejo en la incipiente grieta que se había abierto entre unos y otros. No faltaba tampoco la pelota, una piedra de tan hinchada, que ya esperaba el primer golpeo.

Las nubes iniciaron su procesión hacia el infinito. Se bajaron las últimas persianas. Listos para comenzar.

Y entonces, al fondo, surgió el espontáneo

«Pilar, cariño   ¿Qué carajo hace  ese cubo saltando al campo desnudo? »

Rubén Negro – trapseia.com

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Cuenta la leyenda que en la costa crujiente, cuando los últimos rayos de sol derraman oro sobre las olas, los dragones marinos asoman sus crestas soltando por sus hocicos el resquicio de un fuego, nubes grises para envolver al ocaso.

Y en la frontera rocosa que separa nuestros mundos, brotan con las algas, melodías que arrastran a los navíos hasta sus fauces. Una vez el sol se pone, vuelven a sus fosas, agradecidos, en deuda, y con el hambre saciada.

En los últimos tiempos se ha observado que estos pétreos seres van poco a poco fundiéndose con la costa, forjando abruptos acantilados, en silencio.

Ángeles Sánchez Portero – mundoenungranodearena.blogspot.com

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Les llevaba observando toda una vida. Eran, sin duda, vecinos de la aldea, ambos campesinos y buenos amigos.  Empezaron el reto con grandes ilusiones, sonrisas, jovialidad.

Con los años, ambos fueron desinflándose y sus caras se llenaron de arrugas, sus movimientos se ralentizaron, y sus pulsos comenzaron a temblar. Seguían llevando sus canoas, sus salvavidas, sus remos, que tediosamente abandonaban en el muelle. Ellos solían quedarse en la orilla del lago contemplando la superficie.

El día que sus reflejos se diluyeron en recuerdos, les ofrecí que subieran a mi globo. Hoy, les dije, el cielo los espera, y será un buen día.

Supuse que les había llegado el momento de nadar, surcar, y arar los cielos.

Ángeles Sánchez Portero – mundoenungranodearena.blogspot.com

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Junto a la cruz
Hace tiempo que no quedan humanos por aquí, el sol calentaba tan fuerte que se fueron transformando en otros seres. Proliferaron los hombres cucaracha y las mujeres araña, siempre tejiendo nosotras, ellos rebuscando en la basura. También se modificó la reproducción para no tener que mezclarnos nunca más, la separación entre nuestras especies ha sido absoluta.

Pero esta noche, justo antes de la salida del sol vi un hombre puro acercarse a la cruz, algo instintivo me revolvió por dentro y perdí conciencia de mí misma, comencé a tejer todo lo que estaba a mi paso, con la sola idea de devorarle.
Ahora conservo un regusto metálico.

Ana Vidal – relatosdeandarporcasa.blogspot.com

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El Tesoro
Cuando llegaste odiabas este lugar. Yo te enseñé una nueva perspectiva de la ciudad desde los Cuatro Postes y te conté la leyenda de un tesoro oculto bajo las piedras del camino. Mirando al infinito amurallado nos besamos y pensamos que los besos junto a la cruz eran para siempre.

Primero marchaste tú. Te perdí la pista tras la tercera mudanza. Ahora soy yo el que se va. Pero antes de irme he vuelto allí y bajo esas piedras he dejado una fotografía nuestra con mi nueva dirección para que si un día vuelves puedas encontrarme.

Puck – losjardinesdepuck.blogspot.com

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La foto perfecta
El hombre acomodó la cámara sobre el trípode, la luz era ideal. Fue girando el comando de la lente hasta poner en foco a los largos estambres que curvados buscaban la luz del sol. Seleccionó la apertura y la velocidad del diafragma, sabía que con esa relación los pétalos que los rodeaban saldrían esfumados.

El viento que era suave movió la flor, el hombre  la volvió a enfocar, la foto sería perfecta. Mientras realizaba estas maniobras pensó en como la llamaría, pero ninguno de los nombres le pareció adecuado. En posición expectante, muy cerca de la planta, su perfume lo comenzó a envolver. La visión de esa extraña estructura, de esa suma de tejidos y viscosidades lo conmovió. ¿Acaso esa pequeña figura, no explicaba en si misma la razón de la vida? Contuvo la respiración, el viento había calmado y la flor estaba quieta. Entonces, pensó en  que nada trascendente había en la existencia, que solo se trataba de vivir, de dejar simplemente que la naturaleza  nos llevase  hacia el placer de la vida misma y nada más, no había nada más.

La epifanía fue súbitamente interrumpida por un fuerte dolor, un pinchazo en el cuello. Instintivamente lo golpeó con su mano, entonces el cuerpo de la avispa cayó sobre el pasto y el aguijón quebrado, quedó dentro de su piel. En ese instante recordó que había olvidado el inhalador y los corticoides en el auto, que como alérgico debería haber llevado consigo. Sonrío y apretó el botón del disparador. Mientras todo se nublaba, mientras la luz imprimía en la película la forma invertida de la flor, imaginó en que alguien encontraría la cámara y dentro de ella esta foto perfecta. Recordó fugazmente un refrán sobre un árbol y un  bosque, y le pareció que podría ser un buen título, luego las piernas le temblaron y se desplomó.

Julio Genissel – azullavable.blogspot.com

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El cazador de estrellas
Solo, como siempre, en medio de la oscuridad, no dejo de sentir miedo en medio de esta superficie yerma. Más bien pánico, porque el equilibrio que mantengo desde que existo se va decantando día a día hacia un final en el que me veo derribado e indefenso, mientras me uno en un todo a la tierra que ahora me sostiene y alimenta. De repente oigo pasos torpes entre la maleza y gruñidos guturales que identifico como pertenecientes a una de esas criaturas humanas. Percibo un sonido agudo e intermitente que se me hace infinito y de repente una imagen pequeña y luminosa surge en medio de la nada, en la que me identifico rodeado de pequeñas y luminosas estrellas. Siento un hormigueo de placer que recorre mis envejecidas ramas y mientras me encuentro en este estado de fascinación observo una pequeña estrella roja y cada vez más brillante que el cazador de estrellas olvidó junto a mis raíces. Y se que el final ha llegado ya, y curiosamente ya no tengo miedo.

María Rosón Varas

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Desequilibrio onírico
El bueno de Segis intentó tranquilizar a mis padres: “No se preocupen, pues los sueños infantiles son simples y francas reacciones de deseo”.

Todavía recuerdo a mis padres tratando de hacerle entender mi problema de la manera más educada que les permitía el hecho de llevar casi sin dormir los cuatro años que duraba ya mi “desequilibrio onírico” (por llamarlo de alguna manera): “Entonces, ¿Cómo coño…? Disculpe doctor, ¿Cómo explica usted que la niña se despierte todos los días con los bolsillos llenos?

El Doctor Freud me miró entonces con un cierto regusto de envidia, característica de la fase oral del desarrollo infantil. Yo, a mis seis añitos, sólo pude encogerme de hombros y mostrarle mi desdentada sonrisa.

Elisa

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Un cigarro a gusto
Manolo lleva toda la mañana recibiendo órdenes. Que si apaga ese cigarro y recoge los cacharros del desayuno. Que si guarda las toallas, el libro, las cremas y las palas en la bolsa azul. Que si vamos que no cogemos sitio en primera línea. Que si cierra con llave, por Dios. Que si acércate al quiosco a comprarme alguna revista. Que si deja de mirar el culo de esa rubia. Que si extiende las toallas aquí, exactamente aquí. Que si dame crema en la espalda. Que si deja de hacer el tonto, Manolón, que hay mucha gente y nos van a ver. Que si hincha la colchoneta. Que si cuida las cosas mientras me doy un baño.

Quizás por eso, porque el hombre lleva toda la mañana recibiendo órdenes, no le preocupa demasiado que Paquita se quede dormida sobre la colchoneta, a la deriva. Ni que, convertida en un insignificante punto en el horizonte, se despierte y comience a agitar los brazos cuando descubre que está tan lejos de la costa. Ni que se tire al agua e intente, sin ningún resultado, recuperar el terreno perdido. Manolo se enciende un cigarro y, esta vez sí, lo acaba. Luego vuelve a meter todas las cosas en la bolsa azul –excepto las zapatillas y la toalla de ella- y regresa al apartamento.

Pablo Garcinuño – enmalestado.wordpress.com

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16 respuestas a Exposición fotos-micros

  1. Ana dijo:

    Qué ilusión, está chulísimo!!!
    Hay una chincheta mal colocada en uno de los relatos de Ángeles. Tenía que decirlo 😉
    Abrazos agradecidos! y Suerte a Gustavo

  2. Pingback: Trapseia » Es hora de irse en El Pilar

  3. Una maravilla, me siento como en un museo rodeada de belleza. Os ha quedado genial Pablo!.

    Por cierto Anita, jajaj lo de la chincheta! si es que mi niña soy así, siempre he tenido una chincheta más alta que otra!

    Besos y ya hablaremos que voy con el tiempo en contra.

  4. Dacha dijo:

    Me encanta!!!!tengo unas ganas tremendas de verla en vivo 😉

  5. Puck dijo:

    Gracias Pablo, por la recopilación, el trabajo realizado y la oportunidad de participar en este proyecto. Pena de no poder tomarnos todos juntos unas cañitas ahí 🙂 es lo único que echo de menos.
    Saludillos

  6. Qué chulo, Pablo, me encanta el sitio! Quedó muy bien. Felicidades y gracias por esta oportunidad.
    Un abrazo.

  7. Gracias a vosotros por animaros a participar. Un abrazo

  8. ascomiceta dijo:

    Muchas gracias Pablo por poner la recopilación.

    Además aprovecho por dar la enhorabuena a todos los que habeís participado en este proyecto. También es vuestro.

    Un saludo de Gustavo Serrano Sánchez

  9. Mon dijo:

    Mis felicitaciones a ambos dos por esta excelente iniciativa. Creo que la unión de las fantásticas fotografías de Gustavo con los microrrelatos sabiamente elegidos por Pablo dan un toque especial a la exposición.

    Un saludo y un fuerte abrazo.

    Mon

  10. Que suerte veros por aquí, Gus y Mon! Saludos leretianos

  11. Te felicito Pablo, por la convoctoria y la organización. Un abrazo

  12. Elisa dijo:

    Está claro que las gominolas reclamaban una Elisa ;). Yo no fui, pero hubo otra.

    Enhorabuena, ha quedado muy bien.

  13. saviodani dijo:

    Mi Enhorabuena.

  14. Gracias, Julio, Elisa y Savio por vuestras palabras.

  15. Sanchi dijo:

    Toda una sorpresa, me entero ahora de lo de los relatos… me encanta la idea pero me da la impresion de que me estoy perdiendo demasiadas cosas…
    Impresionante, aunque no me esperaba menos.

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