La caca de mara es anaranjoverdosa, verdorosamente atufada.
Es hipotonica, es laxa, se amolda. Es mortal y cosa. Es canela en rama.
La esencia del mar egeo sin calma.
Con grumetes a nado. Y grumos en granos.
Con carpas al fondo. Al fango. Sin rango.
Agüita de Valencia en vena. ¿Quién dijo penas?
Muesli casero lactante. Me tienes todo el día expectante.
El pum que te explota en la mano. Y desborda.
Arrasa por donde pasa. ¡En cuarentena! ¡¡Zona cero!!
El pim que rebasa fronteras. Residuos fuera.
Caldo primigenio y biodinámico. Sopa de la vida.
Dióxido de carbono. Nitrógeno. Poquiiiito oxígeno.
Chernobyl está más cerca a tu vera.
Yo por estar en paro, también estuve muy cerca de los cuidados de mi hija. Uno aprende cosas que vale la pena aprender, pero solo las entiende en el momento. Mi hija tiene ahora 18 años y sigue proporcionando didáctica de la vida, a veces escatología, a este padre. De verdad que es verdad eso que te estarán diciendo constantemente que «crecen enseguida».
Je, je. Gracias, Juan. La verdad es que el comentario que más nos repiten: aprovechad mucho estos momentos porque pasan muuuuuy deprisa. ¡Un abrazo!
Pero alma cántaro, por todas las musas, escribe de cómo se ríe, de sus mofletes de si si esta rolliza…. pero no me seas tan escatológico. Así no hay forma de defender que no es una mierda de poema. 😛
Je, je. De mierda de poema nada. Literatura que sale de dentro… muy dentro 😉