¿Por qué he empezado ahora, a mis años, a comer con la izquierda? El gato chino que está encima de la tele… ¿no movía antes la otra pata? ¿Cuándo hemos intercambiado mi mujer y yo los lados de la cama? ¿Por qué luce esa sonrisa malévola mi reflejo en el espejo? Y, lo que es más preocupante, ¿qué hago yo imitando todo lo que él hace?
En mal estado 
Preocupante…Muy bueno, jeje.
Besos desde el aire
Pablo es la maldición china, pero mientras no te afecte en demasía, yo seguiría como si nada.
Muy bueno. Un abrazo.
Muy bien llevado el juego de los espejos, sí
Interesante manera de ver las cosas desde el otro lado.
Ya se lo que te ha pasado, tu eres el del otro lado, tu antes vivias en el mundo paralelo de dentro del espejo…
Muy bueno. 🙂
Genial, los relatos de espejos son un subgénero que siempre me gusta! ¿En qué momento pasó esto? mmm no se sabe pero hay que andarse con cuidado y descubrir las señales…
Abrazos
Saludos desde el otro lado… muy bueno
Los espejos y las preguntas que provocan y siempre son bastante inquietantes…
Besitos
Qué desazón, ¿no?
La vida secreta de los espejos, ni más ni menos. Muy ocurrente y bien llevado, con un final sorprendente.
Una inversión a través de los espejos muy visual.
Jo Pablo, cómo me gustan los espejos. Me ha gustado el uso de los detalles que va encontrando el narrador y que le tienen ligeramente desorientado… pobre. Sobre todo eso, las pequeñas pistas. Abrazos
Muy bien llevado, con mucha sutileza. Y la imagen, impagable.
Gracias, Rosa. Besos para ti desde el suelo.
Maldición china, Nicolás? Voy a dejar de comer rollitos!
Gracias, Depropio y Cybrghost. Me alegra que os guste.
A ti, Sanchi, ya te respondo via wasap, que últimamente estoy muy moderno.
Gracias, Ana. La verdad es que los espejos son todo un subgénero. Ese juego entre los dos lados, como dicen Puck y Elysa.
Luisa, Maite, Rocío y Elisa, me alegra mucho que os guste el micro.
Abrazos para todos.
Yo también escribí un cuento basado justo en ese concepto, inspirado en una frase de Borges (Tlön, Uqbar, Orbis Tertius) , en la que afirmaba: «El espejo inquietaba al fondo del corredor».
Me resultó fascinante que un objeto cotidiano pudiera inquietar. Como siempre, Borges pasó antes por allí.
Saludos.
Mi espejo está enfadado conmigo… se dedica a hacerme burla: cuando me levanto aparezco tan divino que no me preocupo en arreglarme. Así me va.