¡Sorpresa!

"Guacamaya 01", por eduardo.robles

-Ya puedes abrir los ojos.

Estaban a las afueras de la ciudad, en un cerro. La chica descubrió una cometa a sus pies.

-¿Cómo sabes que quería una? ¡Me encanta!

El muchacho se quedó callado, con una sonrisa burlona en la boca

-¿Sabes? Me habías asustado.

-¿Por qué?

-Con eso de vendarme los ojos y tanto secretismo… Por un momento pensé que me ibas a pedir matrimonio y…

-Pero bueno, si los dos lo tenemos claro. Eso no va con nosotros, rubia. Puedes estar muuuuy tranquila.

Él le dio las madejas de hilo y se alejó con la cometa para que ésta cogiera vuelo al lanzarla.

-Lo que me asusta es que te hubiera respondido que sí –murmuró ella cuando el chico ya estaba demasiado lejos.
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7 respuestas a ¡Sorpresa!

  1. patricia dijo:

    Malos entendidos si los hay … O no, o cada cual entiende lo que desea entender.
    Un Abrazo.

  2. Ana dijo:

    Me pregunto qué pensaba el chico cuando se alejó…
    Muy bonito!
    Abrazos

  3. Su dijo:

    Cuantas cosas que nunca se dicen teniendo ganas de gritarlas. Cuantas oportunidades perdidas por no echarlas a volar…
    Muy bonito

  4. Patricia, yo voto por la segunda opción: cada uno entiende lo que quiere. Y así solemos ir por el mundo

    Ana, yo creo que el chico iba pensando en cómo había quedado el Real Madrid esa tarde (je, je…)

    Gracias, Su. Se nos van escapando las oportunidades por las costuras rotas de los bolsillos.

  5. pablogonz dijo:

    Me gustó la historia. Es muy sencilla y está contada sin artificios. La cometa queda como un elemento de fondo al que se le puede buscar una explicación simbólica.
    Un abrazo,
    PABLO GONZ

  6. La Rubia dijo:

    Momento de emotividad extrema… a veces el amor hace que te tiemblen las piernas, los principios y el juicio… Y aun así, en apariencia traicionándote a tí mismo, sigues siendo la persona más feliz del mundo…

  7. Elisa dijo:

    Vaya, lo que me perdí mientras estaba de vacaciones. Qué tierno relato, un contrapunto a la acidez de otros que por aquí se ven, sin caer en la sensiblería.

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