Papas y estrellas

Solo se acerca a mí en los recreos, en el preciso instante en el que abro la bolsa de patatas fritas. Me las roba casi todas, una tras otra, mientras se enrolla con la misma historia de todos los días. La tontería de que no saben igual aquí que en Michigan (siempre pone el mismo ejemplo) porque las “papas” se impregnan del ambiente. Esto último lo dice agitándolas en el aire, como si las pringara en una salsa imaginaria. Nunca digo nada, así que debe creer que soy tonta. De hecho, no tarda mucho en irse con sus amigos a otro rincón del patio. Yo me quedo con las migas que saben… no sé cómo explicarlo… un poco a Wisconsin en pleno invierno.

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Hacía mucho tiempo que no ponía música a un microrrelato, una práctica que antes sí  ejercitaba en este blog y que me la han recordado los ‘Microrrelatos Musicales’ de Luisao. Aquí podéis degustarlos.
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6 respuestas a Papas y estrellas

  1. Deja un buen sabor de boca el relato, un poco amargo por la historia.

  2. Elisa dijo:

    Anda que no tiene morro el de Michigan.

  3. Rosa dijo:

    ¿Amargas papas?… Será sólo durante un rato. Gracias.
    Besos desde el aire

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